Kabale (Uganda) - 14/Sep/2016 - 1647 Km.
(English below)
Estos últimos días de viaje han sido extraordinarios. Según salimos de Kasenyi para cruzar el Parque Nacional Queen Elizabeth, la excitación y el miedo iban de la mano. En el Masai Mara vi muchos animales desde el jeep, pero en bici es otra cosa. Te sientes simplemente uno más en ese ecosistema. Sin ningún tipo de protección o aislamiento. Sometido a sus mismas reglas.
Iniciamos el camino rodando por una pista cómoda que surcaba una sabana inmensa y con poca vegetación. Disfrutábamos de la fauna que nos miraba indiferente o, a veces, perpleja.
En un momento estaba haciendo un vídeo a un ciervo cuando Alex me gritó: "Cesar. An elephant!!!" Me giré y vi entre dos árboles, a unos 15 metros, un elefante adulto solitario caminando hacia mí. Al girarme el elefante abrió las orejas como cuando van a embestir. Afortunadamente, tras un instante, decidió girar y seguir su camino. Un instante en el que el mundo se para. Supongo que entre el grito de Alex y mi reacción brusca el elefante se asustó y, por eso, abrió las orejas. Por esa pista dentro del Parque Nacional suelen pasar vehículos, así que el elefante está un poco acostumbrado y no se llegó a asustar del todo. Si no, no estaría escribiendo esto. Mientras se iba le hice una foto. Parece un elefante más, pero de éste yo no me olvidaré jamas.
Sin mayor problema, seguimos disfrutando de la sabana y sus moradores, hasta que en un tramo recto del camino, vimos un búfalo solitario que nos miraba muy mal encarado. Búfalos y elefantes atacan cuando se asustan y se asustan más cuando están solos. Frenamos a la espera de que se fuera, pero él no estaba dispuesto a ser expulsado de su territorio. El problema es que el búfalo estaba a unos 50 metros más adelante y a unos 20 metros de la carretera. Cuando he visto búfalos desde un coche en un safari es como que ellos saben que los coches aparecen y desaparecen, pero esos dos extraños animales con cabeza y dos ruedas no le hacían ninguna gracia. Nos miraba como a un rival que amenazaba su territorio. Se movía nervioso unos metros y volvía a quedarse clavado mirándonos amenazador. Con todo, ni se nos ocurría seguir avanzando hacia él, así que allí estábamos, esperando. Al cabo de un rato pasaron dos motocicletas distanciadas, así que esprintamos entre ellas con todas nuestras fuerzas, empujados por la intimidante mirada del búfalo, y conseguimos pasar mientras el búfalo se retiraba por el ruido estridente de esas dos motos, girándose de vez en cuando para dirigirnos feroces miradas.
Otro susto nos aguardaba esa misma mañana al llegar al puente del canal que cruza el parque nacional, en donde me paré a hacer un vídeo mientras Alex pasaba. Al ir a guardar la cámara veo a un militar viniendo hacia mí esgrimiendo que acababa de grabarle tanto a él como al puente y eso estaba prohibido. El militar me condujo a una choza que hacía de garita, donde habían otros dos militares y me estuvo amenazando con llevarme a Kampala -la capital- detenido. Mientras tanto, Alex se había percatado que yo no le seguía, así que dio la vuelta y al ver mi bici por fuera de la garita, entró a ver qué pasaba. El ambiente era tenso y un poco claustrofóbico con esos militares de caras de pocos amigos sosteniendo sus metralletas. Nos ofrecimos a borrar el vídeo pero el jefe seguía insistiendo que nos iba a multar o a llevar arrestados a Kampala. Tanto insistían que me recordó una situación parecida en otro viaje en la que solo querían dinero. Alex también ha tenido experiencias parecidas, así que mantuvimos la calma y, en vez de ofrecer dinero, les estuvimos contando un poco nuestro viaje. Al final nos dejó marchar sugiriendo que podíamos dejarles 5000 chelines - menos de 2 euros- para el desayuno de los tres, pero Alex siguió batallando y al final salimos sin dejar ni un chelín -¡este Alex es tremendo!-. Creo que las bicis nos ayudaron a zafar. No obstante, Es bueno tener presente que este tipo de problemas pueden suceder al viajar a ciertos países. De hecho, a mí es una de las cosas que más mal rollo me dan. Lo más graciosos es que Alex se había parado antes a hacerme una foto en la que sale el puente, la garita y hasta el militar.
Seguimos rumbo al Lago Edward llegando a soportar 50 grados al sol. Por la tarde entramos en un pequeño pueblo pesquero llamado Kisenyi. Alex tenia una infección en un ojo y al entrar al pueblo vimos el consultorio médico. Justo el médico estaba en la puerta y Alex le preguntó por su ojo. El médico se lo estudió por un rato y finalmente le dio una medicina en gotas para que se las pusiera los siguientes días. Cuando le preguntamos cuánto era, nos dijo que nada. Al cabo de unos días ya tenia el ojo mucho mejor. Este hecho me hizo reflexionar sobre si un ugandés hubiese sido tratado igual de bien en España u otros de los llamados "Países Desarrollados".
Tras la consulta nos dimos un paseo por el pueblo y llegamos al pequeño Lago Edwart de 2.325 Km2. Es pequeño si lo comparas con el Lago Victoria de 68.800 Km2. Tuvimos la suerte de llegar cerca del anochecer y pudimos ver el trabajo colectivo del pueblo en la salida de los pescadores a faenar.
Hablamos con el jefe del pueblo y nos permitió acampar detrás del consultorio médico. Nos advirtieron que los hipopótamos salen del lago al anochecer -sobre las siete- y a las ocho es peligroso andar por el pueblo. Intentamos darnos la mayor prisa pero se nos hizo un poco tarde. Acabamos de cenar junto a nuestras tiendas con los frontales en modo parpadeo enfocando hacia los lados, pues parece ser que los destellos molestan mucho a los hipopótamos. Justo antes de meternos en la caseta la curiosidad venció a mi miedo y me asomé a la calle principal del pueblo al otro lado del consultorio. Toda la calle estaba absolutamente desierta, así que comprendí el mensaje y regresé inmediatamente a la tienda. Me di cuenta del respeto que tienen estos habitantes a los hipopótamos de noche cuando salen del agua para alimentarse. No en balde son los animales grandes que más personas matan en África.
A la mañana siguiente tuvimos unas visitas más agradables.
Seguimos hacia el sur para salir del parque y durante la mañana tuvimos la suerte de ver tres elefantes, aunque la verdad es que un poco lejos.
En esta región del Parque Nacional Queen Elizabeth habitan los famosos leones trepadores. No nos asustaban mucho porque durante el calor del mediodía suben a los árboles a dormitar. Suelen cazar durante las primeras y ultimas horas del día y como el día anterior habíamos estado a 50 grados al sol, suponíamos que íbamos a ser los único animales -con doble sentido- que estaríamos transitando el parque durante el mediodía. Al parar para almorzar decidimos prolongar el descanso para dejar que bajara un poco la temperatura pensando que ya nos faltaba poco. De repente, nos dimos cuentas que el cielo se cubría de nubes, así que decidimos ponernos en marcha, pero cuando íbamos a arrancar vimos que Alex tenía un pinchazo, lo cual nos retrasó más de lo esperado y, mientras tanto, el tiempo cambió a lluvia suave.
Además, la salida del parque fue bastante más larga de lo que previmos, así que al final ni calor, ni mediodía. En las ultimas horas del día la mayoría de los animales se activan. Vimos muchos antílopes, ciervos, búfalos, etc. Nos daban ganas de parar para disfrutar de ellos, pero sabíamos que en ese área sur del parque habían leones cazando en ese momento y que, aunque suelen evitar al ser humano, lo cierto es que nosotros eramos los animales más lentos.
Al día siguiente llegamos a Buhoma, un pueblo fronterizo con la R. D. del Congo y al borde del Parque Nacional Bwindi. En Bwindi viven unos 400 gorilas, la mitad de los gorilas del planeta. La otra mitad están repartidos entre Rwanda y R. D. del Congo. Los turistas vienen aquí para estar con los gorilas. Nosotros llegamos para que Alex comenzase su trabajo como voluntario.
Hace un mes no conocía a Alex. Nos cruzamos por casualidad y desde entonces no nos hemos separado más de 200 metros salvo el día que me fui a hacer kayak. Ahora se ha quedado en Buhoma a realizar un proyecto durante unos 20 días. Hace aproximadamente un año que se ha graduado en "Biología conservativa" y como la situación en Grecia está un poco mal, ahorró un dinerillo currando en un bar y se vino a África a realizar su propio máster. Antes de partir encontró varios proyectos de conservación en diferentes países a lo largo de su ruta donde le aceptaron como voluntario. Sin experiencia cicloturista previa decidió que iba a intentar pedalear desde El Cairo hasta Ciudad del Cabo y ya va por la mitad. Durante esos voluntariados no va a cobrar pero tiene el alojamiento y la manutención gratis. Tendrá la ocasión de aprender muchísimo sobre la biodiversidad africana y del trabajo en condiciones muy distintas a las europeas. Estoy seguro que cuando regrese a Grecia toda esa experiencia le abrirá muchas puertas.
Me alegra comprobar como dos personas pueden pasar de repente y por pura casualidad, de ser completos desconocidos a ser como uña y carne durante un mes. Hay veces que las relaciones humanas son difíciles y otras veces parecen tocadas por una varita mágica. La buena disposición de las personas obra ese milagro.
¡Le deseo lo mejor!
Yo continué mi camino en solitario y en dos días llegué a la ciudad de Kabale. El trayecto es hermoso y, durante un corto tramo, penetras en el "Parque Nacional impenetrable de Bwindi" Realmente comprendes su nombre y cómo han podido vivir los gorilas allí, aislados del mundo.
Al llegar a Kabale coincidí en "Kabale Backpacker, Engagi safaris" con Robi y Mónica. Unos suizos que llevan recorriendo el mundo en bici ¡desde el 2004!! Salimos a cenar y escuchando sus experiencias me sentía como un alumno de primaria fascinado por las historias de su maestro. Ahora están de camino a Suiza, a donde probablemente llegarán en un año. ¡Feliz regreso a casa!
Y esta es su web
En mi breve estancia de varios días en ese mismo alojamiento, con un personal atento y una dueña encantadora, fui conociendo a una surcoreana que venia en moto desde Ciudad del Cabo, a una madre e hija alemanas que han venido a África unas 20 veces desde que la hija tenia cinco años, a una italiana que terminaba su periodo de practicas universitarias en un hospital de Rwanda y a una norteamericana realizando un trabajo de investigación de un año en Uganda para su universidad.
No sé si tuve mucha suerte o ese lugar es un imán para gente interesante.
De hecho, para valientes, inteligentes e interesantes mujeres.
¡Bravo por ellas!!
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5) One more.
Kabale - 14 / Sep / 2016 - 1647 Km.
These last days have been extraordinaries. As we left Kasenyi to cross the Queen Elizabeth National Park, the excitement and fear were present. In the Masai Mara I saw many animals from the vehicle, but by bicycle is something different. You feel just like one more in that ecosystem. Without any protection or isolation. Ruled by the same laws.
We started the way riding through a comfortable track that crossed an immense savannah with little vegetation. We enjoyed the wild animals that looked at us indifferent or, sometimes, puzzled.
At one point I was taking a video of a deer when Alex shouted: "Cesar, An elephant!!!" I turned and I saw among two trees, about 15 meters away, an adult elephant alone walking towards me. When I turned the elephant opened its ears as when they are about to charge. Fortunately, after a moment, he decided to turn and continue his way. A moment while the world stops for me! I suppose that due to the scream of Alex and my abrupt movement the elephant was surprised and, for that reason, opened its ears. People usually pass by this track inside the National Park, although not by bicycle, so elephants are a little bit used to people. Otherwise I would not be writing this. While he was leaving quietly I took it a photo. It looks like any other elephant, but I will not ever forget this one.
Without much trouble, we went on enjoying the savannah and its inhabitants, until in a straight stretch of road, we saw a solitary buffalo that looked at us with a very fierce face. Buffaloes and elephants attack when they get scared and that happen much easier when they are alone. We stopped waiting for it to leave, but it was not willing to be expelled from its own territory. The problem is that the buffalo was about 50 metres ahead and about 20 meters apart from the road. When I've seen buffaloes from a car in a safari, it's like they know that cars appear and disappear, but those two strange animals with heads and two wheels did not amused it at all. It looked at us like rivals who threatened its territory. Several times it moved nervously a few meters and got stuck again looking at us threatening. Obviously, we did not even think about moving forward towards it, so we were there, waiting. After a while two motorcycles passed by, so we sprinted among them with all our strength, pushed by the intimidating look of the buffalo. We managed to pass while the buffalo retreated by the shrill noise of those two bikes, turning back from time to time to stare us fiercely.
(English below)
Estos últimos días de viaje han sido extraordinarios. Según salimos de Kasenyi para cruzar el Parque Nacional Queen Elizabeth, la excitación y el miedo iban de la mano. En el Masai Mara vi muchos animales desde el jeep, pero en bici es otra cosa. Te sientes simplemente uno más en ese ecosistema. Sin ningún tipo de protección o aislamiento. Sometido a sus mismas reglas.
Iniciamos el camino rodando por una pista cómoda que surcaba una sabana inmensa y con poca vegetación. Disfrutábamos de la fauna que nos miraba indiferente o, a veces, perpleja.
En un momento estaba haciendo un vídeo a un ciervo cuando Alex me gritó: "Cesar. An elephant!!!" Me giré y vi entre dos árboles, a unos 15 metros, un elefante adulto solitario caminando hacia mí. Al girarme el elefante abrió las orejas como cuando van a embestir. Afortunadamente, tras un instante, decidió girar y seguir su camino. Un instante en el que el mundo se para. Supongo que entre el grito de Alex y mi reacción brusca el elefante se asustó y, por eso, abrió las orejas. Por esa pista dentro del Parque Nacional suelen pasar vehículos, así que el elefante está un poco acostumbrado y no se llegó a asustar del todo. Si no, no estaría escribiendo esto. Mientras se iba le hice una foto. Parece un elefante más, pero de éste yo no me olvidaré jamas.
(Decidió que yo siguiera viajando.)
Sin mayor problema, seguimos disfrutando de la sabana y sus moradores, hasta que en un tramo recto del camino, vimos un búfalo solitario que nos miraba muy mal encarado. Búfalos y elefantes atacan cuando se asustan y se asustan más cuando están solos. Frenamos a la espera de que se fuera, pero él no estaba dispuesto a ser expulsado de su territorio. El problema es que el búfalo estaba a unos 50 metros más adelante y a unos 20 metros de la carretera. Cuando he visto búfalos desde un coche en un safari es como que ellos saben que los coches aparecen y desaparecen, pero esos dos extraños animales con cabeza y dos ruedas no le hacían ninguna gracia. Nos miraba como a un rival que amenazaba su territorio. Se movía nervioso unos metros y volvía a quedarse clavado mirándonos amenazador. Con todo, ni se nos ocurría seguir avanzando hacia él, así que allí estábamos, esperando. Al cabo de un rato pasaron dos motocicletas distanciadas, así que esprintamos entre ellas con todas nuestras fuerzas, empujados por la intimidante mirada del búfalo, y conseguimos pasar mientras el búfalo se retiraba por el ruido estridente de esas dos motos, girándose de vez en cuando para dirigirnos feroces miradas.
(El búfalo, con movimientos nerviosos, clavaba su mirada en nosotros)
Otro susto nos aguardaba esa misma mañana al llegar al puente del canal que cruza el parque nacional, en donde me paré a hacer un vídeo mientras Alex pasaba. Al ir a guardar la cámara veo a un militar viniendo hacia mí esgrimiendo que acababa de grabarle tanto a él como al puente y eso estaba prohibido. El militar me condujo a una choza que hacía de garita, donde habían otros dos militares y me estuvo amenazando con llevarme a Kampala -la capital- detenido. Mientras tanto, Alex se había percatado que yo no le seguía, así que dio la vuelta y al ver mi bici por fuera de la garita, entró a ver qué pasaba. El ambiente era tenso y un poco claustrofóbico con esos militares de caras de pocos amigos sosteniendo sus metralletas. Nos ofrecimos a borrar el vídeo pero el jefe seguía insistiendo que nos iba a multar o a llevar arrestados a Kampala. Tanto insistían que me recordó una situación parecida en otro viaje en la que solo querían dinero. Alex también ha tenido experiencias parecidas, así que mantuvimos la calma y, en vez de ofrecer dinero, les estuvimos contando un poco nuestro viaje. Al final nos dejó marchar sugiriendo que podíamos dejarles 5000 chelines - menos de 2 euros- para el desayuno de los tres, pero Alex siguió batallando y al final salimos sin dejar ni un chelín -¡este Alex es tremendo!-. Creo que las bicis nos ayudaron a zafar. No obstante, Es bueno tener presente que este tipo de problemas pueden suceder al viajar a ciertos países. De hecho, a mí es una de las cosas que más mal rollo me dan. Lo más graciosos es que Alex se había parado antes a hacerme una foto en la que sale el puente, la garita y hasta el militar.
Tras la consulta nos dimos un paseo por el pueblo y llegamos al pequeño Lago Edwart de 2.325 Km2. Es pequeño si lo comparas con el Lago Victoria de 68.800 Km2. Tuvimos la suerte de llegar cerca del anochecer y pudimos ver el trabajo colectivo del pueblo en la salida de los pescadores a faenar.
(Ellos trabajando)
(Nosotros también)
Hablamos con el jefe del pueblo y nos permitió acampar detrás del consultorio médico. Nos advirtieron que los hipopótamos salen del lago al anochecer -sobre las siete- y a las ocho es peligroso andar por el pueblo. Intentamos darnos la mayor prisa pero se nos hizo un poco tarde. Acabamos de cenar junto a nuestras tiendas con los frontales en modo parpadeo enfocando hacia los lados, pues parece ser que los destellos molestan mucho a los hipopótamos. Justo antes de meternos en la caseta la curiosidad venció a mi miedo y me asomé a la calle principal del pueblo al otro lado del consultorio. Toda la calle estaba absolutamente desierta, así que comprendí el mensaje y regresé inmediatamente a la tienda. Me di cuenta del respeto que tienen estos habitantes a los hipopótamos de noche cuando salen del agua para alimentarse. No en balde son los animales grandes que más personas matan en África.
A la mañana siguiente tuvimos unas visitas más agradables.
Seguimos hacia el sur para salir del parque y durante la mañana tuvimos la suerte de ver tres elefantes, aunque la verdad es que un poco lejos.
(Arreglando el problema con búfalos al fondo acercándose)
Además, la salida del parque fue bastante más larga de lo que previmos, así que al final ni calor, ni mediodía. En las ultimas horas del día la mayoría de los animales se activan. Vimos muchos antílopes, ciervos, búfalos, etc. Nos daban ganas de parar para disfrutar de ellos, pero sabíamos que en ese área sur del parque habían leones cazando en ese momento y que, aunque suelen evitar al ser humano, lo cierto es que nosotros eramos los animales más lentos.
(R D del Congo a mi espalda)
Hace un mes no conocía a Alex. Nos cruzamos por casualidad y desde entonces no nos hemos separado más de 200 metros salvo el día que me fui a hacer kayak. Ahora se ha quedado en Buhoma a realizar un proyecto durante unos 20 días. Hace aproximadamente un año que se ha graduado en "Biología conservativa" y como la situación en Grecia está un poco mal, ahorró un dinerillo currando en un bar y se vino a África a realizar su propio máster. Antes de partir encontró varios proyectos de conservación en diferentes países a lo largo de su ruta donde le aceptaron como voluntario. Sin experiencia cicloturista previa decidió que iba a intentar pedalear desde El Cairo hasta Ciudad del Cabo y ya va por la mitad. Durante esos voluntariados no va a cobrar pero tiene el alojamiento y la manutención gratis. Tendrá la ocasión de aprender muchísimo sobre la biodiversidad africana y del trabajo en condiciones muy distintas a las europeas. Estoy seguro que cuando regrese a Grecia toda esa experiencia le abrirá muchas puertas.
Me alegra comprobar como dos personas pueden pasar de repente y por pura casualidad, de ser completos desconocidos a ser como uña y carne durante un mes. Hay veces que las relaciones humanas son difíciles y otras veces parecen tocadas por una varita mágica. La buena disposición de las personas obra ese milagro.
¡Le deseo lo mejor!
Yo continué mi camino en solitario y en dos días llegué a la ciudad de Kabale. El trayecto es hermoso y, durante un corto tramo, penetras en el "Parque Nacional impenetrable de Bwindi" Realmente comprendes su nombre y cómo han podido vivir los gorilas allí, aislados del mundo.
(Rodando tranquilo, Sólo naturaleza y yo)
Al llegar a Kabale coincidí en "Kabale Backpacker, Engagi safaris" con Robi y Mónica. Unos suizos que llevan recorriendo el mundo en bici ¡desde el 2004!! Salimos a cenar y escuchando sus experiencias me sentía como un alumno de primaria fascinado por las historias de su maestro. Ahora están de camino a Suiza, a donde probablemente llegarán en un año. ¡Feliz regreso a casa!
Y esta es su web
En mi breve estancia de varios días en ese mismo alojamiento, con un personal atento y una dueña encantadora, fui conociendo a una surcoreana que venia en moto desde Ciudad del Cabo, a una madre e hija alemanas que han venido a África unas 20 veces desde que la hija tenia cinco años, a una italiana que terminaba su periodo de practicas universitarias en un hospital de Rwanda y a una norteamericana realizando un trabajo de investigación de un año en Uganda para su universidad.
No sé si tuve mucha suerte o ese lugar es un imán para gente interesante.
De hecho, para valientes, inteligentes e interesantes mujeres.
¡Bravo por ellas!!
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5) One more.
Kabale - 14 / Sep / 2016 - 1647 Km.
These last days have been extraordinaries. As we left Kasenyi to cross the Queen Elizabeth National Park, the excitement and fear were present. In the Masai Mara I saw many animals from the vehicle, but by bicycle is something different. You feel just like one more in that ecosystem. Without any protection or isolation. Ruled by the same laws.
We started the way riding through a comfortable track that crossed an immense savannah with little vegetation. We enjoyed the wild animals that looked at us indifferent or, sometimes, puzzled.
At one point I was taking a video of a deer when Alex shouted: "Cesar, An elephant!!!" I turned and I saw among two trees, about 15 meters away, an adult elephant alone walking towards me. When I turned the elephant opened its ears as when they are about to charge. Fortunately, after a moment, he decided to turn and continue his way. A moment while the world stops for me! I suppose that due to the scream of Alex and my abrupt movement the elephant was surprised and, for that reason, opened its ears. People usually pass by this track inside the National Park, although not by bicycle, so elephants are a little bit used to people. Otherwise I would not be writing this. While he was leaving quietly I took it a photo. It looks like any other elephant, but I will not ever forget this one.
(It decided that I continue traveling)
Without much trouble, we went on enjoying the savannah and its inhabitants, until in a straight stretch of road, we saw a solitary buffalo that looked at us with a very fierce face. Buffaloes and elephants attack when they get scared and that happen much easier when they are alone. We stopped waiting for it to leave, but it was not willing to be expelled from its own territory. The problem is that the buffalo was about 50 metres ahead and about 20 meters apart from the road. When I've seen buffaloes from a car in a safari, it's like they know that cars appear and disappear, but those two strange animals with heads and two wheels did not amused it at all. It looked at us like rivals who threatened its territory. Several times it moved nervously a few meters and got stuck again looking at us threatening. Obviously, we did not even think about moving forward towards it, so we were there, waiting. After a while two motorcycles passed by, so we sprinted among them with all our strength, pushed by the intimidating look of the buffalo. We managed to pass while the buffalo retreated by the shrill noise of those two bikes, turning back from time to time to stare us fiercely.
(The nervous buffalo staring at us)
Another scary moment happened the same morning when crossing the bridge of the national park's canal. I had stopped to take a video while Alex was passing by, suddenly I saw a soldier coming towards me. He told me that the bridge and himself had been recorded in the video and both things were forbidden. The soldier took me to a hut with two other soldiers and he was threatening me to take me to Kampala -the capital- detained. After a while, Alex realized that I was not following him, so he turned back and when he saw my bicycle outside the shelter he went straight inside -thanks my friend!-. The atmosphere was tense with those soldiers holding their machine guns. We offered to delete the video but the leader kept insisting that he was going to either fine us or take us to Kampala. He insisted so much that it reminded me of a similar situation on another travel where they just wanted money. Alex had also had similar experiences, so we kept calm and instead of offering money we were telling them about our journey, mainly about Alex´s, that he has been riding through half Africa and the only problem had been that, in Uganda, and that we love this beautiful country and bla, bla bla. Finally they let us go suggesting that we could leave them 5000 shillings -less than 2 euros- for the breakfast of the three of them but Alex kept refusing it and at the end we left without paying a single shilling -This Alex is Great!!- Anyway, I really think that our bicycles helped us to get away from there. However, it is good to keep in mind that this kind of problem can happen when travelling to certain countries. In fact, to me it is one of the things that make me feel more insecure. The funniest thing is that Alex had stopped before I did and took a photo of me where it is showed the bridge, the shelter and even the soldier.
We continue towards Lake Edward reaching 50 degrees under the sun. In the afternoon we entered a small fishing village called Kisenyi. Alex had an infection in one eye and when we entered the village we saw the doctor's office. We were lucky because the doctor was at the door and Alex could ask him about his eye. The doctor studied it for a while and finally gave him a medicine in drops to be put on the following days. When we asked him how much it was, he answer that it was for free! After a few days Alex's eye became much better. Now I wonder if a person from Uganda would have been treated so well in Spain or any of the so called "developed countries".
After the visit to the doctor we walked through the village and we arrived at the small Lake Edwart with its 2,325 Km2. It is small if you compare it with the Lake Victoria and its 68,800 Km2. We were very lucky to arrive before dust and we could see the collective village's work helping the departure of the fishermen.
We asked to the village's chief whether we may put our tents somewhere and he allowed us to camp behind the doctor’s office. They warned us that the hippos leave the lake after dusk -about seven pm.- and at eight it is dangerous to walk around the village. We tried to hurry up but finally we were a little late. We finished dinner around our tents with the torches blinking sideways because it seems that the flashes keep the hippos apart. Just before we got into our tents, my curiosity was stronger than my fear and I walked to the village’s main street on the other side of the doctor's office. The whole street was absolutely deserted so I understood the message and I returned immediately to the tent. I realized the respect that these inhabitants have to the hippos at night when they leave the water to feed. Not in vain hippos are the big animals that kill more people in Africa.
The next morning we had some more pleasant visits.
We continue south to exit the natioinal park. During the morninig we only saw three elephants, a little bit far.
In this region of Queen Elizabeth National Park live the famous “Climbing lions”. They did not scare us much because during the midday's heat they climb trees to rest. They usually hunt during the first and last hours of the day and as the previous day we got 50 Celsius degrees under the sun, we assumed that we were going to be the only living beings that would be going around the park that afternoon. We stopped for lunch and as we thought we were close to the border of the park, we waited for a while to let the temperature falls a little bit. Suddenly we realized that clouds were arriving so we decided to continue. At that moment we had a mechanical problem that delayed us more than we expected and, in the meantime, the weather changed to mild rain.
In addition, the exit of the park was much farther than what we thought. So, finally we had to ride until the evening, with a mild temperature. In those last daylight hours most animals were activated. We saw antelopes, deer, buffaloes, etc. We wanted to stop to enjoy them, but we knew that in that area of the park there were lions hunting at the very same time and, although lions tend to avoid human beings, the truth is that we were the slowest around.
The next day we arrived in Buhoma, on the border with D.R. of Congo and at the edge of Bwindi National Park. About 400 gorillas still live in Bwindi, half the gorillas on the whole planet. The other half are shared between Rwanda and D.R. of Congo. Tourists come here to see the gorillas. We arrived due to Alex was going to begin his work as a volunteer.
A month ago I did not know Alex. We met by chance and since then we have not separated more than 200 meters except the day I went to kayak. Now he has stopped in Buhoma to carry out a project for about 20 days. About a year ago he graduated in "Conservative Biology" and as the situation in Greece is not great, he saved some money working in a bar and came to Africa to develop his own master degree. Before leaving, he searched for several conservation projects in different countries along his route where he was accepted as a volunteer. Without prior cycling experience, he decided to pedal from Cairo to Cape Town and he is already halfway!! During those volunteering he is not earning any money, but having free accommodation and maintenance. He will have the opportunity to learn a lot about African biodiversity and work in conditions very different from Europe. I am sure that when he return to Greece with all that experience many doors will open for him.
I am happy to see how two persons can suddenly change, just by chance, from being complete strangers to share everything for one month. Sometimes human relationships are difficult and other times they seem to be touched by a magic wand. The people's good disposition works that miracle.
I do wish him the best!!!
I continued my journey alone and in 2 days I arrived in the town called "Kabale". The way is beautiful and, for a short stretch it enters into the "Bwindi Impenetrable National Park". You really understand its name and how the gorillas have been able to lived there isolated from the rest of the world
When I arrived in Kabale I stayed at "Kabale Backpacker, Engagi safaris" where I met Robi and Monica, a Swiss couple that have been cycling the world since 2004!! We went out for dinner and I enjoy listening to their huge adventure. I felt like a primary student listening to his teacher. Nowadays they are on their way north back to Switzerland where they plan to arrive in one year more or less. Enjoy the way!!!
And this is their web.
In my short stay in that same accommodation, with nice and helpful staff and a lovely owner, Lilian, I was meeting a South Korean girl who came by motorbike from Cape Town, a German mother and daughter, who have travelled about 20 times to Africa, since the daughter was five years old, an Italian girl who was doing an internship from her university in a hospital in Rwanda and a North American girl who is doing a research in Uganda for one year.
I do not know if I was very lucky or that place is a magnet for interesting people.
In fact, for brave, smart and interesting women.
Bravo for them!!
We continue towards Lake Edward reaching 50 degrees under the sun. In the afternoon we entered a small fishing village called Kisenyi. Alex had an infection in one eye and when we entered the village we saw the doctor's office. We were lucky because the doctor was at the door and Alex could ask him about his eye. The doctor studied it for a while and finally gave him a medicine in drops to be put on the following days. When we asked him how much it was, he answer that it was for free! After a few days Alex's eye became much better. Now I wonder if a person from Uganda would have been treated so well in Spain or any of the so called "developed countries".
After the visit to the doctor we walked through the village and we arrived at the small Lake Edwart with its 2,325 Km2. It is small if you compare it with the Lake Victoria and its 68,800 Km2. We were very lucky to arrive before dust and we could see the collective village's work helping the departure of the fishermen.
(At their duties)
(At ours)
We asked to the village's chief whether we may put our tents somewhere and he allowed us to camp behind the doctor’s office. They warned us that the hippos leave the lake after dusk -about seven pm.- and at eight it is dangerous to walk around the village. We tried to hurry up but finally we were a little late. We finished dinner around our tents with the torches blinking sideways because it seems that the flashes keep the hippos apart. Just before we got into our tents, my curiosity was stronger than my fear and I walked to the village’s main street on the other side of the doctor's office. The whole street was absolutely deserted so I understood the message and I returned immediately to the tent. I realized the respect that these inhabitants have to the hippos at night when they leave the water to feed. Not in vain hippos are the big animals that kill more people in Africa.
The next morning we had some more pleasant visits.
We continue south to exit the natioinal park. During the morninig we only saw three elephants, a little bit far.
In this region of Queen Elizabeth National Park live the famous “Climbing lions”. They did not scare us much because during the midday's heat they climb trees to rest. They usually hunt during the first and last hours of the day and as the previous day we got 50 Celsius degrees under the sun, we assumed that we were going to be the only living beings that would be going around the park that afternoon. We stopped for lunch and as we thought we were close to the border of the park, we waited for a while to let the temperature falls a little bit. Suddenly we realized that clouds were arriving so we decided to continue. At that moment we had a mechanical problem that delayed us more than we expected and, in the meantime, the weather changed to mild rain.
(Fixing the problem with buffalo at the background approaching)
In addition, the exit of the park was much farther than what we thought. So, finally we had to ride until the evening, with a mild temperature. In those last daylight hours most animals were activated. We saw antelopes, deer, buffaloes, etc. We wanted to stop to enjoy them, but we knew that in that area of the park there were lions hunting at the very same time and, although lions tend to avoid human beings, the truth is that we were the slowest around.
The next day we arrived in Buhoma, on the border with D.R. of Congo and at the edge of Bwindi National Park. About 400 gorillas still live in Bwindi, half the gorillas on the whole planet. The other half are shared between Rwanda and D.R. of Congo. Tourists come here to see the gorillas. We arrived due to Alex was going to begin his work as a volunteer.
(D. R. Congo behind me)
A month ago I did not know Alex. We met by chance and since then we have not separated more than 200 meters except the day I went to kayak. Now he has stopped in Buhoma to carry out a project for about 20 days. About a year ago he graduated in "Conservative Biology" and as the situation in Greece is not great, he saved some money working in a bar and came to Africa to develop his own master degree. Before leaving, he searched for several conservation projects in different countries along his route where he was accepted as a volunteer. Without prior cycling experience, he decided to pedal from Cairo to Cape Town and he is already halfway!! During those volunteering he is not earning any money, but having free accommodation and maintenance. He will have the opportunity to learn a lot about African biodiversity and work in conditions very different from Europe. I am sure that when he return to Greece with all that experience many doors will open for him.
I am happy to see how two persons can suddenly change, just by chance, from being complete strangers to share everything for one month. Sometimes human relationships are difficult and other times they seem to be touched by a magic wand. The people's good disposition works that miracle.
I do wish him the best!!!
I continued my journey alone and in 2 days I arrived in the town called "Kabale". The way is beautiful and, for a short stretch it enters into the "Bwindi Impenetrable National Park". You really understand its name and how the gorillas have been able to lived there isolated from the rest of the world
When I arrived in Kabale I stayed at "Kabale Backpacker, Engagi safaris" where I met Robi and Monica, a Swiss couple that have been cycling the world since 2004!! We went out for dinner and I enjoy listening to their huge adventure. I felt like a primary student listening to his teacher. Nowadays they are on their way north back to Switzerland where they plan to arrive in one year more or less. Enjoy the way!!!
And this is their web.
In my short stay in that same accommodation, with nice and helpful staff and a lovely owner, Lilian, I was meeting a South Korean girl who came by motorbike from Cape Town, a German mother and daughter, who have travelled about 20 times to Africa, since the daughter was five years old, an Italian girl who was doing an internship from her university in a hospital in Rwanda and a North American girl who is doing a research in Uganda for one year.
I do not know if I was very lucky or that place is a magnet for interesting people.
In fact, for brave, smart and interesting women.
Bravo for them!!
Wowww!
ResponderEliminarQ impresionante,gracias por transmitir tus experiencias.
Q valor tienes!